Sin embargo, existe otra razón mas terrenal y menos romántica para el origen del nombre BlackBerry. Como es sabido, en la época de esclavitud en las colonias americanas, desde Estados Unidos hasta Argentina, a los afroamericanos esclavos recién desembarcados, se les ataba un grillete con una cadena no muy larga que finalizaba en una bola de metal burda y pesada. En inglés se le llamaba ball-and-chain.
El propósito de la cadena corta era evitar que el esclavo pudiera levantarla y correr erguido con ella a una altura confortable. Así se aseguraba que el esclavo no huyera, fuera fácilmente sometido y se moviera con dificultad entre las plantaciones de maíz, algodón o azúcar. A este dispositivo de tortura y dominación se le denominaba BlackBerry por su parecido con una mora gigante.
En los tiempos modernos, a los nuevos empleados del capitalismo, legalmente no se les puede amarrar una bola de hierro a los pies para que no escapen. Ya quisieran muchas compañías hacerlo. En cambio, se les entrega un novedoso y bonito Blackberry.
Este grillete inalámbrico no se puede dejar de lado. Ahorca y ahoga aún en las horas libres y los mantiene atados al trabajo todo el tiempo. Es el símbolo tecnológico de la esclavitud. Entra con el usuario al baño, se pone encima de la mesa, interrumpe la cita con la novia, determina la ruta en el auto, dice que ver en el cine, lo lleva a la cama y es lo primero que lo saluda en la mañana.
No hay forma de escaparse del dichoso aparatico cuando llaman de la empresa o cuando envían un email. Igual que el mayoral o el capataz de la época colonial, recuerda no a golpes pero si con beeps enloquecedores, que no se ha leído ese email o que no se ha escuchado un mensaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario