Este es uno de los santos más populares y queridos de nuestro santoral, incluso los que no son practicantes tienen imágenes de él en la casa, en el trabajo o en la cartera. La fama de San Pancracio fue debida a la corta edad en que sufrió el martirio, a los 14 años.
Pancracio
nació
en la entonces ciudad turca de Frigia probablemente en el año 286, de
padres nobles y que no tenían como religión el cristianismo. Pronto
quedó huérfano y junto a su tío Dionisio se trasladó
a Roma. Aunque era muy joven, nuestro santo quedó entusiasmado de la
fe de muchos cristianos que estaban dispuestos a dar su propia vida
por Jesucristo.
Rápidamente se interesó por conocer el Evangelio y se bautizó.
Algunas fuentes señalan que el mismo Papa Marcelino fue quien lo
catequizó
y bautizó.
Por
aquellos tiempos, el emperador Diocleciano mandó un edicto que
perseguía a todos aquellos que abrazaba la fe cristiana. Pancracio fue
descubierto
y condenado a morir decapitado en la Vía Aurelia, un 12 de mayo del 305.
Los
cristianos se hicieron cargo del cuerpo del joven mártir y le dieron
sepultura
en un cementerio cercano a la mencionada calle.
El culto a
San Pancracio
fue ya importante desde el mismo día de su martirio, muchos devotos
fueron
a venerar su tumba que se convirtió en un auténtico santuario
de peregrinación de personas venidas no sólo de la ciudad sinó
también de todo el país. Esto motivó que el Papa Simaco
mandara alzar una basílica a principios del siglo VI. Más tarde,
otro pontífice, Honorio I construyó entre los años 625
al 638 una nueva iglesia en su honor ya que la anterior amenazaba
ruina. Sobre
su sepulcro mandó grabar esta inscripción:
"Por los
méritos insignes
y las singulares gracias del Bienaventurado Pancracio, el obispo
Honorio, siervo
del Señor, para bien del pueblo de Dios, ordenó derribar el viejo
edificio que
amenazaba ruina y no contenía los restos del santo, debido al descuido
de los
antiguos; mandó construir de nueva planta otra iglesia y, dentro del
altar
adornado con mármoles preciosos, colocó las reliquias que antes estaban
en la
pared exterior del edificio".
Devoción
La
devoción a San Pancracio se
fue propagando a lo largo de los años por Occidente e incluso en
Oriente, en
buena parte gracias a la narración de su pasión que fue redactada antes
del
siglo IX. Dos atractivos hay en el santo que ayudaron a su veneración:
la
pronta edad de su martirio y los milagros que por su intercesión le
fueron
atribuidos. Cabe no olvidarnos del gran aprecio que suscita el santo en
Inglaterra, allí, San Agustín de Cantérbury le dedicó una iglesia a
finales
del siglo VI.
Aunque el
patrón de los
trabajadores sea San José, San Pancracio es también otro de los santos a
quien
mucha gente recurre para encontrar trabajo. También se le invoca para
obtener
buena salud. Como que la pasión del martirio nos cuenta que fue
decapitado, hay
también quien le reza para combatir la migraña. Otra de sus virtudes es
la de
proteger contra el perjurio y el falso testimonio. Cabe destacar que los
tejedores y todo el arte del ramo textil de Barcelona adoptaron a
mediados del
siglo XIX a San Pancracio como patrón. En el día de su onomástica
celebraban
una gran fiesta. Este patronazgo cayó en desuso a finales del mismo
siglo
y hoy por hoy, los tejedores ya no le veneran. Recuerda que el patrón de
este
ramo está compartido entre San Francisco de Asís y San Martín de Tours.
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